AZUL ÍNDIGO | ¿El nuevo negro?

05 Abr AZUL ÍNDIGO | ¿El nuevo negro?

Todos hemos asociado siempre el color negro con el color de la elegancia, la sobriedad y la atractiva sofistificación.

Los tiempos avanzan y llegan nuevos tonos que vienen a desbancar estas ideas.

Es el caso del azul índigo. Un color que nos lleva a un sofisticado y plácido diseño interior. De hecho, hay quienes lo contemplan como el “nuevo negro”.

Quizás nos suene más por su primo hermano, el lapislázuli. Ambos pertenecen históricamente a la élite de colores. El índigo, procede de la India (de ahí su nombre «azul indio») y se extrae en forma natural de la planta Indigofera Tinctoria.

Su inconfundible intensidad llegó a crear una guerra comercial con la apertura de la ruta marítima del Índico por Vasco de Gama en 1948, y Europa, tuvo que prohibir su uso en los siglos XVI y XVIII, ya que su importación arruinaba a los cultivadores europeos de gasto, que era una planta de un azul mucho más débil. Si nos transportamos al siglo XX, al índigo se le puede sumar otro pariente de sangre noble, el azul Klein, un color registrado por el artista francés Yves Klein, que lo patentó con su propio apellido.

Sin embargo, se trata de un tono mucho más eléctrico y brillante que nos aleja de la elegancia o el sosiego que el azul índigo nos transmite. Además, el índigo, en su calidad de color intenso, añade fuerza, por lo tanto despunta entre los de su género. Gracias a su luz y profundidad nos transmite un vigor electrizante al cual el negro, no puede llegar.

Según estudios realizados, el azul es uno de los colores preferidos por los humanos, ya que se asocia a la calma y la armonía, así como confianza o sosiego.

Ya en sus orígenes, su uso estaba relacionado con la realeza, el lujo y la riqueza. Además, significaba también espiritualidad, conocimiento, imaginación, percepción. Otros significados asociados al color azul son la autenticidad, la confianza, la amistad, la razón, la lógica…

El uso de este tono en interiorismo, así como en proyectos creativos es cada vez, más popular, y es que su diseño refinado, irradia vitalidad y logra resaltar los espacios acentuando su elegancia.

Se dice que exponerse a él de manera continua permite superar el miedo a la oscuridad, e incluso se emplea para el tratamiento de trastornos mentales. A su vez ofrece estabilidad y contundencia, amoldándose además a los estilos alternativos y vanguardistas, ya que no resulta complicada su combinación con otros componentes ornamentales.
Como consejo, debemos evitar su mezcla con tonos oscuros, tales como el negro u otros neutros, puesto que quizás nos generen demasiada penumbra. Lo ideal es lograr contrastar, y eso lo conseguimos con tonalidades más claras, como por ejemplo el blanco o nuestro querido amarillo.

El índigo puede ocupar todos los muros de una estancia sin que ésta se oscurezca demasiado, ya que logrará transmitirnos un sentido envolvente y relajante. Si lo alternamos como decíamos anteriormente con el blanco, podemos transmitir un carácter más desenfadado.

En resumidas cuentas, es una tonalidad capaz de adaptarse a cualquier estancia si logramos combinarla de forma que potenciemos su energía.

Por otro lado, en lo que a diseño respecta, este tono es cada vez más popular, puesto que el azul índigo es muy enérgico y vivo, por lo que, logra despertar en nosotros esas emociones ya mencionadas. Su fuerte pigmentación hace referencia a la noche, así como a los océanos, las flores… elementos que nos transmiten relajación y tranquilidad, por lo que teñir con azul índigo es normalmente una muy buena
idea.

Si te interesa leer sobre otras tendencias te recomendamos el blog sobre el color Pantone de 2022.