26 May La luz de la Alhambra
En esta entrada os traemos nuestra transcripción de la intervención de Antonio Jiménez Torrecillas en el documental de Jorge Cosmen “Spain Aligth” realizado por Narita y Stonedesing en colaboración con les films anonymes para el ICEX (Ministerio de industria, comercio y turismo). ICEX, España Exportación e Inversiones es una entidad pública empresarial de ámbito nacional que tiene como misión promover la internacionalización de las empresas españolas y la promoción de la inversión extranjera.
Antonio Jiménez Torrecillas, documental Spain Aligth, bajo la luz del bañuelo a los pies de la Alhambra de Granada
Sin luz no existe actividad humana, posiblemente sea el material más vivo, es un material recurrente de nuestra cultura. Es evidente que, como han dicho mucha gente muy valiosa, la arquitectura sin luz no existe y hay muchas definiciones de arquitectura que se basan en la luz. Pero posiblemente en nuestra cultura la luz es un material troncal, quizás nuestra arquitectura haya buscado más penumbras acogedoras para protegernos de los excesos de luz y quizás eso también diferencie nuestra forma de entender el cobijo, la sensación de protección que da la arquitectura frente a otras arquitecturas más abiertas y que necesitan captar, quizás la escasa luz que tienen.
La arquitectura es un diafragma que permite regular las condiciones exteriores no solamente de luz, sino de temperatura, de refugio. La luz es un material que transciende a una necesidad fisiológica y que genera posiblemente una de las cuestiones más difíciles de encontrar y de hallar en la arquitectura y que son las atmósferas, las ambientaciones. Ese trozo de aire que queda si tu recortaras las paredes, el suelo y el techo. No tiene por qué ser peor o mejor que otras pero que la nuestra está ahí y es presente, qué duda cabe por supuesto, pero fíjate, si hay otras arquitecturas que han tenido que abrirse, porque necesitaban luz por las carencias propias de sus latitudes. Nosotros, creo que hemos tenido que ir aprendiendo a administrarlo a dosificarlo y lo que he mamado aquí (en el bañuelo o los pies de la Alhambra de Granada) son formas, misteriosas y mágicas de administrar la luz.
La penumbra nuestra herencia Oriental
Nuestra herencia es muy sensitiva, la forma o la fórmula que podemos tener para ofrecer cosas más allá de nuestras fronteras es ser tremendamente nuestros. Tuve que aprender a entender la luz de mi cultura para poder aportar luz a otras luces, posiblemente el rasgo diferencial mayor que tiene nuestra arquitectura es precisamente la sensualidad, lo sensitiva que es. Como establece esos comparativos del matiz, de la sombra, digamos de lo aparentemente “no importante”. Habla más de las sombras que de la luz y es una visión muy consustancial a la cultura oriental y nosotros tenemos ese rasgo oriental. No tengo ningún interés teórico en generar teorías conceptuales o compositivas, más allá que la de ser un cierto doctor en términos de arquitectura, de las demandas que otros necesitan. Estamos en un lugar, el Albaicín, donde no se concibe la vivienda sin el huerto, sin la huerta o sin el espacio exterior, siempre va relacionado un espacio interior con su inmediato exterior o con sus vistas lejanas. La sombría del bosque de la Alhambra o la solana del Albaicín son dos caras de la misma moneda, donde la naturaleza es lo principal y el complemento es la arquitectura.
La luz perfecta es la verdadera
La luz perfecta es la luz verdadera. Recuerdo a una persona, a la que tengo mucho cariño, a la que hicimos una casa hace tiempo, había una serie de árboles en ese solar, árboles centenarios incluso, los árboles habían llegado antes que las personas allí. Y antes de empezar la casa hicimos una constelación, un plano topográfico, donde la constelación de los árboles estaban e hicimos después la casa en torno a aquello. Un importante árbol que había allí, un importante ejemplar era un pino, un pino común y yo no entendía muy bien de este matrimonio (aquí Antonio se refiere a Almudena Grandes y Antonio Montero), cuando ella me decía: “este pino es muy feo” y yo decía “¿feo? Yo no sé si es feo o bonito, sé que es real sé que está aquí” Yo le preguntaba a ella que tiene dos niñas preciosas “Cuando haces una fotografía de tus hijas, ¿Quieres fotografiar a tus hijas o preferirías el bebé precioso que sale en el anuncio de televisión de las papillas?” Yo creo que no existe una luz perfecta, sino que cada luz es perfecta por pertenecer a un lugar.
¿Una imagen de la luz? Esas imágenes de la luz están más cerca de las penumbras acogedoras que de la luz poderosa, está más en la fragilidad que en la fortaleza, por eso, la atmosfera de un lugar como este “El Bañuelo” es una luz para mí difícil de olvidar. La verdadera la que es.
Antonio Jiménez Torrecillas (Hellín, 1962-Granada, 2015)
Transcripción Javier González Montero (talonaje del minuto 13:27 al 23:45)
>> La luz que no se apagó. Texto homenaje tras el fallecimiento de Antonio Jiménez Torrecillas
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